Personal de salud

Dado que las guerras, los desastres y las epidemias afectan a millones de personas cada año, es necesario un amplio abanico de profesionales de la salud para la acción humanitaria. Para las comunidades afectadas, el personal médico, de enfermería, parteras, profesionales de nutrición y demás personal de la salud son a menudo su primer y único vínculo con los servicios sanitarios esenciales durante las crisis.

Trabajan en los hospitales de campaña tras los desastres, en las clínicas instaladas en los campamentos para personas desplazadas, refugiadas o migrantes, y en los centros de tratamiento durante los brotes de enfermedades infecciosas. El personal sanitario suele proceder de las propias comunidades afectadas por la crisis, y presta servicios neonatales, reproductivos y pediátricos, además de atención primaria de urgencia.

Se desplazan a comunidades de difícil acceso en las que no hay servicios médicos, y se quedan para atender a las personas en las zonas de conflicto y garantizan que los servicios de salud estén disponibles para todo aquel lo que necesite, especialmente para las personas vulnerables, como las mujeres, las niñas, los niños, las personas con discapacidad y las personas de la tercera edad.

En 2021, se enviaron 362 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 a países afectados por crisis humanitarias.
En 2021, el personal humanitario de salud trató a 2,4 millones de niños y niñas con desnutrición severa y aguda.